Dios es el que nos espera. Tiene tiempo y promesas para nosotros. Su amor es más fuerte que nuestros agobios y preocupaciones. Su presencia se muestra más fiel en nuestras ausencias y olvidos.
Saber que Dios nos espera, nos abre los ojos para vivir alerta y perseverar confiados.
Saber que Dios viene a nosotros, reaviva nuestro dese de ir a su encuentro.
El Espíritu nos enseña a vivir en la espera de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario